viernes, 24 de octubre de 2008

VIDA Y METAS

Cuando somos jóvenes nuestro corazón se abre al glorioso paraíso de las ilusiones y las metas. Muchos creamos un plan de vida y logramos visualizarnos como profesionales de éxito en el campo que nos apasiona. Estudiamos, practicamos, nos desvelamos y nos esforzamos persiguiendo nuestros sueños. Nuestros ojos están puestos en la línea de meta en la cual al cruzar, levantaremos los brazos eufóricamente, llenos de satisfacción.

Es maravilloso tener metas, pues ¿qué es la vida sino la lucha por lograrlas? PERO, algunas veces cometemos el error de concentrarnos únicamente en los estudios o el trabajo para lograr los objetivos que nos hemos propuesto y descuidamos el aspecto básico que es la preservación de la vida a través de la salud o bien de la prudencia. Planteamos rutas para llegar a nuestras metas, pero no solemos desarrollar estrategias para llegar con vida. Estamos obviando lo esencial.

Pensemos ahora, ¿qué es la vida sin salud? Nuestras capacidades, ánimos y entusiasmo pueden menguar. No hay nada peor que sufrir daños a la salud por negligencia propia, pues significa que no estuvimos conscientes de valor de nuestra salud y por ende de nuestra vida. Tal como los esfuerzos que conlleva alcanzar una meta, es oportuno esforzarse por dejar malos hábitos y adquirir buenos. Para prolongar nuestra existencia y salud, vale la pena hacer el sacrificio de dejar cosas que nos gustan pero son dañinas.

Las estrategias para lograr las metas trazadas deben ir de la mano con las estrategias conservar y prolongar la salud y vida. Puede haber salud y vida sin metas claras, pero no metas sin vida.

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